Capítulo 1.1

¡Dios mío! ¡Llego tarde! Ahora tendré que entrar cuando estén todos sentados, se darán la vuelta y fijarán en mí su mirada. Danielle me dijo que asistiría a clase desde el primer día... espero que sea cierto porque si no lo pasaré fatal. No conozco a mucha gente, y menos ahora que habrán entrado un montón de nuevos alumnos. Ah, Danielle... ¿Seguirá igual de encantadora que siempre? La gente cambia con el tiempo, y yo hace muchísimo que no la veo. Pero Danielle no es "la gente", es especial, es magnífica, es preciosa, aunque ella lo niegue. Todos la ven rara (como a mí) aunque no sé por qué, ah bueno, si que lo sé. En primer lugar, se junta conmigo, el más friki de los frikis. En segundo lugar, es la sobrina de la profe de Filosofía, lo que no la hace muy popular. Y en tercer lugar, dice lo que piensa; si se meten con ella, Danielle contesta y da la cara. Si escucha a alguien metiéndose con otra persona, Danielle se mete y le dice dos cositas bien dichas al "criticón", como dice ella. Y bueno, para mí es Miss Mundo, es guapísima, tiene unas aficiones divertidas, y lo más importante; me considera su amigo, algo de lo que estoy muy orgulloso. Ains... he llegado. Llamo a la puerta y entro tímidamente... ahí están, todos los alumnos vueltos en sus sillas y mirándome fijamente como si tuviese monos en la cara. Pero ahí está ella. Danielle. No has cambiado, y eso me reconforta. Bueno, sí que lo has hecho; ahora estás mucho más guapa.

Simon recorrió el pasillo mientras saludaba a Danielle con la mano. No dudó al sentarse a su lado. Él había cambiado, estaba más alto y se había hecho algo en el pelo. Ella, gracias a esas horas tomando el sol, tenía la piel bronceada y su pelo estaba algo más rubio que de costumbre. También se había hecho en el hombro izquierdo un pequeño tatuaje de una mariposa. Los dos sonrieron, y Simon se ruborizó un poco al ver la belleza de la chica (que sólo él era capaz de captar). Danielle, sin prestar atención al profesor, no dudó en hablarle a su amigo.
-¡Simon! Cuanto tiempo... ¡Ala! ¿Has crecido? Y ese corte de pelo te sienta genial.
-Pues eso parece, me alegro de que te guste, Danielle. -Y sin pensárselo dos veces, se lo dijo- Tú si que estás guapa.
La chica abrió mucho los ojos. Notó que Simon se había vuelto un poquito más extrovertido, porque nunca le había dicho un piropo. Y eso agradó a Danielle.
-Bueno, tengo tanto que contarte... -Prosiguió Danielle.-
-Yo también, mira -Simon cogió el colgante que este verano compró en Canadá- he estado en Canadá durante dos semanas. Ya te enseñaré las fotos, están todas en Facebook.
-¡Guau! ¿Qué chulo, no? Me encanta, es muy bonito.
-Pues toma -El chico abrió su mochila y cogió un paquete muy pequeño envuelto con papel de regalo amarillo- para ti.
Danielle lo abrió delicadamente, y cuando lo terminó de desenvolver, lo vió. Era un collar exactamente igual que el que llevaba Simon, pero de color lila. A Danielle le gustó tanto que no se pudo contener. Como nadie los miraba, cogió a Simon por el cuello de la camisa y lo acercó a ella, dándole un ligero beso en la mejilla acompañado de un agradecimiento. Esto último al chico le importó un rábano. De lo que había quedado prendado y totalmente ruborizado fue del beso corto, pero muy especial, que Danielle le había propinado.

Nunca más me lavaré la mejilla. Pensó Simon.


                                                               Escrito por: Macarena