Nuevo curso.
¿Sabes? No es fácil empezar de cero cuando todo va mal; piensas que nada será como antes, que se te acabarán las ganas de vivir y dices ¡venga ya! ¿para que sirve todo esto? Ya. Pensarás que soy exagerada, pero es así, de locos. El año pasado tenía una vida medianamente normal y ahora nada. Una mierda. Me gustaría patalear en el culo a todos los que se ríen de mí, estoy harta de que me vean como un grano en sus caras, de que piensen que soy algo con lo que se puede jugar.
¿Qué? Ya sé que no soy Miss Mundo, pero tengo mis virtudes, aunque últimamente no hacen más que sacarme los defectos. Un asco, ya lo digo yo, un asco. Al menos conservo a Simon, él si que es un buen amigo,le tengo un cariño especial. Pero bueno, habrá que alzar la cabeza y empezar de cero, que para eso está la vida. Por muchas veces que te caigas levántate. y echale cojones, aunque no tengas.
Danielle dejó el cuaderno y observó como el profesor dejaba de escribir en la pizarra. Todos sus nombres yacían escritos a ritmo apresurado por orden de lista. Ella quedaba en el número trece. Observó todo su alrededor; la mayoría de caras le eran desconocidas. Dos o tres repetidores y más de quince alumnos nuevos.
— ¿Y bien? - dijo el profesor, frotándose las manos para eliminar la tiza que había quedado adherida a su piel - ¿alguna duda, presentaciones?
Los alumnos negaron con la cabeza y se miraron entre ellos. La resaca del verano parecía no haber desaparecido aún. De repente, alguien llamó a la puerta y las gafas de pasta negras de Simon se dejaron entrever.
Llevaba sin ver al chico todo el verano, pero supo que no era el mismo. Su rostro había adquirido unas facciones más duras y dejaba de ser aniñado para convertirse en el de un hombre. Había crecido al menos un palmo, se había cortado el ondulado pelo que antes solía recogerse en una coleta y que le confería un aspecto poco cuidado y llevaba un colgante de Canadá (seguramente de su último viaje).
Simon reparó en ella, la saludó con la mano y se sentó a su lado. Danielle le había tratado siempre como a un hermano pequeño, pero ahora medía al menos 1,77 m y ella había quedado reducida a 1,66 m. Tal vez deberían de invertir los papeles.

Escrito por: Srta. Alicia Alina