Había olvidado que Danielle y Hugo seguían allí. Lo había olvidado por completo. Ellos eran dos más de las personas que les miraban con poco disimulo. Simon vio como ambos se levantaban, pero Patrice no parecía haber reparado en ellos. Seguían uno cerca del otro, el cuerpo de la muchacha inclinado hacia el suyo.
Observar a Danielle con aquel chico le estaba rompiendo el corazón. Ver como sonreían y se miraban le volvía loco. Simon no sabía que era lo que estaba haciendo ni comprendía lo que acababa de ocurrir con Patrice, pero el vínculo hacia ella era cada vez más fuerte.
- Simon - la chica le llamó de forma dulce, acariciándole la mejilla. Él seguía en estado de shock - vámonos Simon, no me gusta este lugar.
Le cogió de la mano y lo sacó casi arrastras, aunque él parecía ser el único que se notaba extraño. Patrice le guió a través de calles y la volvió a confundir con Danielle. Sus piernas, su cuerpo, su forma de vestir, el pelo con tonos pelirrojos que tanto le gustaba ¿Se estaba volviendo loco? Pero no. Allí estaba ella, sonriéndole, hablándole, queriéndole. Y mucho más feroz que la real.
De repente el chico volvió a ver el rostro de Patrice de nuevo. Había unas ansias en él que nunca había reconocido, una mirada indomable, secreta y atractiva. Asustado, Simon comprobó que le gustaba, más incluso que la tímida Danielle, con sus ganas de pasar desapercibida. Patrice le agarró por el cuello de la sudadera.
- Sigamos donde lo dejamos, Simon.
Se fundieron de nuevo en otro beso. El calor empezó a quemarle y notó como los besos empezaban a subir de intensidad, siendo cada vez más apresurados. Patrice empezó a juguetear con su sudadera e hizo ademán de quitársela, pero no tuvo tiempo.
Simon abrió los ojos y se separó de ella, jadeante.
- ¿Qué estas haciendo? ¿Te has vuelto loca?
- Lo... lo siento -dijo esta, bajando la cabeza- me he dejado llevar.
- Ya basta, Patrice. Me has caído genial y esta -paró. Decir cita hacía que se le acelerara el corazón - y esto de hoy ha sido genial, no me importaría repetirlo, pero vas demasiado rápido.
- No volverá a suceder, Simon, en serio. Yo... no era mi intención. Nada de esto era lo que yo quería. Hay algo en ti - se puso un mechón detrás de la oreja- algo en ti que me atrae muchísimo, que hace que pierda la poca cordura que tengo. Tienes algo magnético, chico, y no soy capaz de decirte lo que es.
★★★
- No me puedo creer que no tengan la película de George Bloom. Es demasiado fuerte -protestó Danielle, molesta - ¡un boom en todos los cines y este no la tiene!
- Podemos ir a otro -intentó tranquilizarla Hugo -o dejarlo para otro día. La verdad es que no me quedaría con demasiadas ganas si no llegásemos a verla.
Danielle le dio un cariñoso puñetazo en el brazo.
- Eres idiota.
- ¡Eh! ¿te gusta insultar a la gente?
- Me encanta.

Escrito por: Srta. Alicia Alina