¿Se creía que así molaba más? ¿Que atraería a más chicas? Danielle se moría por decir que estaba muy equivocado, pero se tuvo que tragar sus palabras al observar la reacción de las chicas que había tras de ella en la cola.
- ¿Has visto a ese?
- Sí, sí. Dios, está como un queso.
- Lástima que esté ocupado, yo me lo llevaba.
- Si apuesta tan alto con chicas como esa, no creo que tu puedas estar en su lista.
- Vete a la mierda.
Danielle sintió un pellizco en su estómago, pero empezó a sentir mariposas en el mismo cuando la conversación prosiguió.
- Va, pero el que está sentado con el frappuccino... ¡No mires con tanto descaro, idiota!
- ¿Y que va a saber que le miro a él?
- Pues ese, ese va solo ¿nos acercamos?
Una tercera chica con una voz suave habló en voz baja.
- Callaros las dos, creo que esa de delante es su novia.
Los murmullos bajaron de tono cuando le llegó el turno a Danielle. La chica pidió su bebida y se fue a sentar junto a Hugo intentando no mirar a Simon con mucho descaro.
- ¿Quieres que después vayamos a ver una película? - le dijo Hugo moviendo la pajita del frappuccino.
- Mmm... A mí me parece bien ¿has visto la última de George Bloom?
- ¿George? Dios, no puedo soportar a ese tío.
Danielle torció el gesto y le miró con fingida superioridad.
- Ya ves, se respira mal gusto por aquí.
Hugo sonrió y Danielle hizo lo mismo.
- Venga, si quieres vamos a verla. La verdad es que a lo mejor consigo cambiar de opinión.
La chica dirigió una mirada hacia el sitio donde se encontraban Simon y Patrice y se le paró el corazón. Tenía que estar soñando. Tenía que serlo. En aquel mundo congelado y gris, lleno de recuerdos, Danielle recordó una conversación que había tenido lugar el año anterior entre ambos.
- Venga Simon, dime ¿no has besado nunca a nadie?
El chico negó con la cabeza, rojo.
- ¿Y tú? - le preguntó, casi susurrando.
Ella negó.
- Yo tampoco - sonrió. Era cierto. Nunca había besado a ningún chico porque nadie había sentido jamás interés por ella, al menos que supiera.
De hecho nada había cambiado desde aquella conversación. Ni la amistad entre ambos ni el hecho de que los dos seguían sin haber besado a nadie. Al menos hasta aquel momento.
- No sabía que tuviera novia - exclamó Hugo, mirando en su misma dirección.
- Ni yo tampoco - murmuró Danielle, sin voz - ni yo tampoco...
★★★
Patrice va demasiado rápido. Se dijo. Pero de repente dejó de importarle. Habían compartido una tarde genial y aquellos ojos oscuros le volvían loco, por eso en el Starbucks, cuando se acercó a él con aquel gesto tan terriblemente sexy Simon no se pudo negar.
Antes de que pudiese darse cuenta los labios de la chica habían rozado los suyos, pero no pareció bastarle con eso. Patrice rodeó su cuello con sus manos y el beso empezó a cobrar intensidad. Simon cerró los ojos y se dejó arrastrar por las sensaciones de aquel momento. La lengua de la chica jugueteando con la suya, sus dientes alineados y blancos, el tacto de su piel... Y en ese momento, cuando Patrice apartó sus labios para darle un abrazo, Simon abrió los ojos... Y se cruzó con las miradas asombradas de Hugo y Danielle. El chico se sintió extraño, muchísimo. Y arrepentido. Notaba el calor del abrazo de Patrice a la vez que el frío de la triste mirada de Danielle. Pero Simon vió que ella estaba con Hugo, y lleno de odio, deshizo el abrazo de Patrice, rodeó su cintura, y le dió un beso de película... Lleno de ira y de celos, pero de estos sentimientos no se percató nadie. Sólo él mismo.

Escrito por: Alicia Alina y Macarena.