Aquel era el chico que se había sentado a su lado, de ello no tenía la menos duda. Danielle troció el rostro, arrepentida de no haberle hablado antes. Intentando enmendar aquel error, la chica le sirvió otra taza de café y les invitó a sentarse en la mesa. Simon arrugó la nariz y Danielle observó la guerra de miradas que habían empezado a dirigirse, intentando cortar aquel ambiente de tensión, la joven empezó a hablar.
- ¿Y cómo es que has llegado a este aburrido instituto de St. Louis?
- Bueno, soy de España.
No hace falta que lo digas. Pensó Danielle observando aquellos oscuros ojos levemente rasgados y el pelo negro.
- ¿Qué hace aquí un chico de España, a miles de kilómetros de su país? - preguntó entonces Simon, sacando uno de sus cuadernos y anotando algo en él.
- Mi madre - contestó fríamente - la han trasladado aquí.
- ¿Entonces solo te quedarás este año? - sonrió Danielle, divertida.
- No lo sé, pero creo que se juega uno de sus destinos definitivos.
La chica iba a seguir con el cuestionario, pero el descanso había terminado y tuvieron que dirigirse de nuevo a sus clases. Danielle observó su horario. A segunda hora tenía Español, por lo que no sabía si podría encontrarse con Hugo de nuevo; seguro que él lo manejaba de maravilla. Con quien sí que estaba era con Simon, que parecía frío y molesto después de aquel encuentro. La muchacha le dio un codazo y enarcó una ceja.
- Venga Simon, no me esperaba esto de ti ¿ahora me vas a prohibir que hable con otros chicos? Creo que... bueno... esa actitud es bastante machista y no tenía por una de esas personas.
El chico abrió los ojos y negó con la cabeza, cohibido.
- No es eso, es que, no sé. Ese tipo me da muy mala espina. Te derrama casualmente el café en la camiseta, se oculta bajo la apariencia de la timidez y, bueno, no sé, me dio la impresión de que era demasiado chulo, de que solo quería... - no parecía encontrar las palabras adecuadas.
- De que solo quería ligar conmigo ¿verdad? - lo ayudó a completar la frase - no te preocupes, no me voy con el primero que aparezca - Danielle se llevó una mano al colgante de Canadá, pero fue un segundo, un leve segundo y solo ella pudo darse cuenta.
Escrito por: Alicia Alina
